Un grito de esperanza

Desde el fondo de mi alma nace un grito de esperanza,
una voz que anuncia libertad y nuevos tiempos de bonanza
de un hombre que logró arrancarse las cadenas y el yugo
que un día le impusiera un foráneo y cruel verdugo.
Ya no seguiré ni nunca más permitiré ser maltratado y humillado,
destrocé las cadenas ominosas con las que me tenían dominado;
se olvidaron que llevo la sangre de los incas invencibles
y sólo lograron despertar este espíritu rebelde e imbatible.
Y sabrán que los andinos somos guerreros bravos y valerosos,
no tememos enfrentar a la muerte mucho menos a unos malosos,
huirán como unos cobardes al saber que fueron derrotados
temblando ante la furia emancipadora de este cóndor liberado.
Y es mi voz que se levanta en este grito de esperanza
anunciando al mundo entero que el vil dominio se acabó
y es la puna quien responde repitiendo esta alabanza:
Libertad, viva mi patria! Soy peruano, hijo del sol!