La muerte
es una lagrima,
un sudor dulce
y un café salado.
La muerte
no tiene ni es
un sueño.
No duerme
sino
en nichos de cemento.
Es una lagrima
que espero,
es un descanso
del trajín que llevo.
Una lagrima
que cubre
el corazón
de mi pecho;
un enfado,
una herida rosa;
una flor marchita
un ramo de flores
negras y rojas;
una corona circular
sin puntas.
La muerte
es una lagrima
que arranca mi pupila,
la que no sale
y tampoco olvida.
La muerte
es una mujer perdida,
un niño pobre,
un cartón en el cemento
moviendo la respiración.
Una lagrima dulce,
un cafe salado,
un dia sin comer,
un dia sin hambre;
una lanza certera,
un sueño que ya no duerme.
La muerte
es una lagrima
dulce y salada.