Agotado -flagelo-

Cada instante extinto
Carente de efecto gris.
Nada tendría sentido,
Pero habría que hacerlo así.
Quiero volver a ti
Y no sucede el sentimiento;
Queda perplejo cada motivo
Y se esfuma el inmortal…
Agotado el silencio,
Muerto el aire perenne
Carente de explicación lúgubre,
Pero lleno de estremecimiento.
El momento ha llegado,
Debe crecer el amancebamiento;
Y cesar el mortífero deseo
De la perfidia maldita.
Traición por despecho,
O simple convencimiento.
Cada espasmo es perfecto
Y se agota el tiempo.
Al fin consumido el periodo,
Agotado el espero,
Ha comenzado el portillo
Hacia un nuevo comienzo.
Ponerle FIN al encierro
O al vuelco externo
Que olvidó el juramento de la deferencia…
Agotado el momento,
Agotado el extremo…
Debe volver con templanza la paz del sustento.
Agotado el camino de la maldad,
Ha de llegar el instante esperado
Para volver al adorado,
Con mayor amor que el pasado,
Con mayor acoplo al de antaño,
Con súbito venero al sempiterno sol del verano,
Con mirada fija al ocaso,
Con dirección al destino perpetuo,
Fijando una sola mirada,
Viviendo con una sola alma,
Sin volver a quebrarse por inocuidades
O por dañinas prácticas del destino en el camino.
Agotado el desprecio del ser propio
Llega el anhelo de la aurora oculta,
Oculta en el inconsciente del ser eterno
Y el voraz sentimiento al momento inicial.
Agotado el karma del desprecio clandestino,
Vuelven las felicidades a la vida juntos,
Se evapora las infamias de la vida cruel
Para esperar jamás volver a cometer atrocidades
Inmiscuidas en el cerebro de la debilidad mental
De las pasivas gestiones de reflejos encubiertos.
Agotado el negativo del ser
Aparece el zumo del amor eterno
El verdadero,
Y sin bestialidades del espíritu.
Agotado el aborrecimiento llega la paz
Y prefiere quedarse en el alma del ser imperfecto,
Intentando animar la voz del súbito vivir.
Zehi Hima
1-10-2013