Tzajalá

Te encuentro humanidad y te observo como una criatura,

emergiendo de un inmediato ayer,

con tus hijos que anhelantes de paz,

rompen las cadenas que fragmentan

y  que te alejan de la alegre convivencia.

Vengan niños de todas las tierras,

cantemos al unísono: ¡ Aleluya!

porque los cielos nos bendicen.

Suenan los caracoles de la alegría,

las palmas se ofrecen a recibir al sol,

las palabras acompasan cantos de devoción y amor.

Los tambores retumban,

el tan tan sigue la rítmica algarabía,

de los fraternalmente enlazados corazones.

Se ofrecen plegarias a los seres

que moran en la leyenda del mito y realidad,

desde inmemorables ayeres .

Vengan, giremos en torno al curso de los astros,

buscando integrarnos al latir del padre cosmos.

Que las artes se reanimen,

que se rompan los tiranos patrones,

que  las hadas libertarias salgan de su claustro.

Para cobijarnos con la imaginación creativa,

requerida para encontrar la sorpresa de la vida.

Vamos humanidad fraterna,

a escudriñar lo símbolos de los días,

que den respuesta a la vital pregunta:

la razón de ser y de existir.

Que crezca el entusiasmo,

por compartir con todos nuestra vida,

siempre  en armonía con natura

Y de tal manera dirigir los dardos de conciencia,

a quienes no dan crédito,

al ver su malévolo  imperio,

que irremediablemente se desmorona..