Cometa

No te haz puesto a pensar niña espigada
que el tiempo se ha escurrido entre mis dedos;
Dedicando mi amor a tus enrredos,
se ha acabado mi piel y mi mirada;
Mi vida corre aprisa hacia el ocaso;
La tuya es un destello de alborada. Regalaste una oveja a un lobo enfermo; Maquillaste de luz mi gris ventana.
Con ímpetu curioso abriste puertas
y montada en el potro de las ganas
tu querias aprender y yo deseaba
olvidarme un momento de mis canas. Fuimos como un niño y su cometa; Tu volando con magia y desparpajo,
luciendo tu belleza y yo admirando
tus giros y tu fuerza desde abajo,
consiente de que era solo un hilo
lo que te sujetaba de mi brazo. Hoy dices que te vas...Ya lo esperaba; Se que sucedería tarde o temprano;
Cuando te conocí aún eras niña,
y yo ya tenía arrugas en mis manos. Más en tu despedida...No te culpo;
¿Cómo podría culparte si te adoro?
¡Cómo podría chiquilla si haz estado,
en mi pecho enterrada cual tesoro! Abre la puerta, camina y no des vuelta... Que no te cause pena el ver que lloro.