Mi corazón palpita lentamente, suspiros frágiles que caen como gotas de agua desaparecen como ladrones en la noche, vociferando quedamente angustia y anhelos desesperados.
Consternado presiento que esta es la última noche de mi espera, me siento detrás la venta esperando si por lo menos tu aroma percibo, tan si quiera tu respirar siento, tu alma calienta mi cuerpo.
Aún no llegas, es tarde, el lucero exhausto de su brillo impaciente por tu regreso, intento despertarme y no lo estoy, es mi triste realidad que no quiero aceptar.
El viento acaricia mi rostro, mis lagrimas inundan mi corazón, pero sigo aquí esperándote, sentado detrás de esta venta, que esconde mis falsas esperanzas de volver a verte.