Ahora se quien eres.

Eres la tímida luz de mi Luna de plata,
el oro del Sol que se derrama sobre Sevilla,
la lluvia que chispea en el fondo de una copla,
el aire frio y caliente de esta sombra de primavera.
Eres el Parque abierto y celoso de un Domingo de Ramos,
eres mi Cristo de bronce, la sonrisa de mi Macarena del alma,
eres mis bulerias de San Román
los "pitos" de Silencio de San Antonio Abad.
Eres mis dos orillas, mi río, mi cielo;
eres mi feria y mi velá, mi Triana y mi Sevilla.
Cera fundida, alpargata y costal.
Eres popelín y lunares, faja de esparto y negro ruán.
Eres camino y rezo, cante, baile y sentimientos.
Terraza abierta, velador escondido
y nunca la barra de un bar.
Eres cabriola flamenca, la letra de un viejo compás.
Eres sevillana, fandango y saeta, mi llanto y mi risa.
Un manto bordado de estrellas y brisas.
Calles abiertas de Nervión
y callejoncitos del Agua de Santa Cruz.
Eres un manojito de flores de mi jazmín,
una macetita de geráneos salpicados de añil.
Eres charquito de agua, sombra de encinas,
olores de tomillo y jara.
Pueblecito blanco sin calles de seis carriles.
Eres la nobleza de un alma sin par,
la hermosura de un corazón puro.
Eres dos pies descalzos, dos manitas calientes,
dos ojos llenos y la boca del Penitente.
Eres el paseito tranquilo de donde muere el río,
mechón de pelo sobre la cara y movimientos esquivos.
Eres "pará" y "echá palante",
cercana y distante.
Eres albero amarillo, silencio maestrante
y blanca arena del mar.
Eres mis Barbadillos, mis claras del Parque
y mis cincuenta céntimos volando en una "madrugá".
Eres mis cinco minutitos diarios,
mis charlas desde el sofá.
Eres mi techo de palio,
mi cumplido sueño...
y ya sabes lo que me gusta soñar.