Mi duende duerme a mi lado,
escondido en mi cuerpo,
hundido en mis versos,
enciende la llama del amor,
suave como las sábanas,
acaricia mis sueños,
miel de ternura en los labios.
Mi duende duerme a mi lado,
recorre mis selvas solitarias,
de vacíos internos y oscuros,
que salen de mi alma,
y brotan por mi pecho,
reposa en mi vientre,
dueño de mi respiración,
habita en mi alma.,
sinfonía de flauta,
que se extiende
en lo más sublime de mi esencia,
y al llegar la aurora
mi duende retorna
a sus sonidos de plata
en espera del sueño.