Antes vivía en una eterna desesperación,
Sin que mi alma sintiera ninguna sensación,
Sin que mi cuerpo sintiera la pasión,
De encontrar en mi vida una ilusión.
Hace meses conocí a Katilia,
La cual parece sacada de la Biblia,
La que en mi alma hace vigilia,
Y con la que deseo formar una familia.
Me siento feliz de tenerla a mi lado,
Y de poder decir que me siento amado,
De ya no sentirme muerto ni atado,
Y de saber que valió la pena el tiempo esperado.
La felicidad llegó a mi vida por sorpresa,
Y desde ese día me hice una promesa,
De que esa mujer que tiernamente me besa,
Sentirá por siglos el amor que mi alma le profesa.
Llevó dos décadas y media vividas,
Y por dentro un millar de heridas,
Que la dulce Katilia borrará de mi vida,
Y que le agradeceré con el amor que me pida.
Mi deseo es que nunca sienta dolor,
Sino que perciba de la vida el sabor,
Y que entienda que mi eterna labor,
Será inundar su mundo de infinito amor.
Por: Efraín Trinidad Rodríguez
“PoetaDeDios”© Morovis, P.R.
11- septiembre-2006.