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Después de llegar a esta edad, os voy a intentar mostrar, lo que mis ojos vieron y mis sentidos sintieron, las cosas que hice, que me han dejado largas cicatrices…
He nacido en un lugar de fantasía, por el cual la vida que he llevado ha sido una melancolía, crecí sin saber que decir, ni predecir.
Empecé a jugar al fútbol, veía mi serie pokemon, me gustaban tigres amarillos, mas tarde escuché raperos, soñaba con tener un campo con animales, y finalmente mis juguetes se fueron.
Mi fantasía cruzaba paraísos impensables y ahora pienso en esos momentos memorables.
Mi vida eran tardes largas con un papel, sin poder hablar con él, le retrataba este mundo infiel.
Esas tardes viendo España y el Barça en La Alegría, madre mía como me divertía, y qué decir del teatro de Pepe Botica, me hipnotizó desde el primer día y aprendí a actuar con picardía.
He tenido amigos que nunca olvidaré mi felicidad con ellos estampada en esa pared, siempre he estado dibujando o pintando, creía que podía dejarlo, pero me confundí y repetí ese año.
Debo decir que cambié radical, deje de ser una calamidad, para convertirme en una persona alabada y educada, no me separe de mis pañuelos por culpa de mi enfermedad. He envidiado, poco después he superado con esmero y soledad.
He creado obras inéditas, otras todavía no he podido plasmarla, pero en mi cabeza siempre estaban.
El único sentimiento que me demostró lealtad, fue la querida amistad, he vivido la vida de muchas maneras, pero solo con la filosofía y mi empatía me aferre a ella.
He tenido la corazonada de que mi vida será indefinida, pero todo los caminos que tomaba me llevaban al arte, por eso no pienso en otra cosa como besarte, también hice muchas veces el payaso, y ahora me arrepiento, y para olvidar eso preferiría estar muerto.
He estado en campamentos, en viajes y en sitios del cual no recuerdo, a veces perdiendo el tiempo, pero lo vivido quedara siempre plasmado en tu cerebro y he visto nevar en mi pueblo, en ese, en el que está escrito mi sueño.
He llegado a sitios solos, sin compañía, escribí poesías y he amado a la mujer que cualquier chaval soñaría.
He vivido mucho más contento, porque la muerte de algunos me enseñó a hacerlo.
He tenido una familia de la que no me puedo quejar, y aunque a veces la he desobedecido, debo de darles mil gracias y mi bienestar.
He pedido muchas veces permiso y me han dejado llorando solo en un piso.
En estos años he podido comprobar que las personas no creen en Dios, porque simplemente se creen Dios.
He vivido mil misiones, he borrado mis motes, he escrito canciones, siempre intente hacer bienes y he superado a artistas campeones.
Te voy a decir una cosa amigo mío, estos son mis 18, por eso yo siempre sonrío.