Tengo.. tengo.. un ramo de ilusiones, un frágil corazón.
Una estatua de cartón, de barro un pulmón.
Con el cielo cristalizado casi no puedes ver por donde tiro los pétalos que quedaron en el cajón de tu escritorio, donde olía a margaritas y los sueños que nos quedan son los que no entraban en nuestra lista.
Mientras, piensas las paradas que debiste hacer antes de salir disparada, sin pensar un segundo lo que quedo acorralado, las ilusiones puestas en un mar plagado de colores, lleno de sentimientos, de palabras, de amuletos que palpar, para así no mermar la buena suerte que nos ampara esta unión. ¡ Menudo caudal, el que recorre nuestros corazones ! quien diría que no tenemos emociones día a día, si mi fuerza es tuya, y la tuya es mía.