Heredero del acontecimiento

Mi madre estaba sola sentada,
como siempre llego de muy lejos,
me dijo; ven hijo siéntate a mi lado.
Me acaricio la cabeza y lloró quedamente
es, cuando yo también lloré sin palabra.
Tal vez ella por muchas razones
y yo sin embargo por otra razón,
me secó los llantos y yo a ella.
Mi corazón se requebrajo en aquél momento,
triste acontecimiento, ahora parece bello.
Fue la última vez que su mano rozó mi rostro
y desde entonces ya nada será como antes.
Fue la única vez que la encontré sola,
de mi secreto corazón ésta escena; es consuelo.
Autor: Alcibíades Noceda Medina