De ciertas horas y ciertas felicidades....

Yo me dolí de un dolor tan mió y tan profundo
Un dolor cruel que me oprimió...OH que desazón...
Que en la furia postrera de su huracanada fuerza
Me arrojo a las puertas
De aquello...a lo que llaman muerte...
Y se hizo un amanecer eterno...
Aquí...en mi corazón...
Yo se que la primera vez no ha de ser...
Que vendrán más letanías infinitas...
El tiempo y su inexorable transcurrir
Ha de nevar en mi blonda cabellera
Mas y mas dolores sin fin...
Y han de ser...también lo creo yo...
De una lúgubre alegría...
Las rosas...que podare...en mi jardín...
Yo que me he alucinado de besos...
Y de huérfanas ternuras...
Que de mi juventud he sido abril...
Que he amado el sexo
No sin dejar de lado el miedo...
Tras la sensualidad de un talle...
De una piel...
De un gozo
Que aun en mí
Estremece...juvenil...
Y también se que aquella...mi musa...
La que recrea mi poema...
En mi no llegara a concebir...
Porque de un fatal designio
Por dioses condenada...
Por dioses engañada...
Un día...no ha de tornarme...
Y seré uno mas... que escriben a la nada...
¿Que he de hacer...?
Sino aguardar con serenidad...
La llegada de aquel día...
Y su oscuridad...
El día que me quedare sin sed...
Y traerá febril
Mortuorios ramos...
Un día que diré adiós...a todo...cuanto...he amado...
Habré de recordar aquella hora...
Con mefistofélica sonrisa...
Y te diré poeta
¿Usted y yo... en que... hemos quedado...?
En la copa de oscuras sombras
Me embriagare...colmado
Y a un insondable abismo...
He de caer... precipitado...
Ese día
En que diré...adiós
A todo...cuanto he...amado... Malatusta...