“ Fantasmas de la pena, A lo lejos, los otros,
Los que ese amor perdieron,
Como un recuerdo en sueños,
Recorriendo las tumbas
Otro vacío estrechan.
Por allá van y gimen,
Muertos en pie, vidas tras de la piedra,
Golpeando impotencia,
Arañando la sombra
Con inútil ternura.
No, no es el amor quien muere.”
( “Donde habite el olvido”, Luis Cernuda)
Y ahora, mi buen Luis
Me toca hablar a mí:
Encarnaciones de la alegría
Muy de cerca, los otros,
Los que este amor reencontraron,
Como un sueño vestido en este futuro,
Retozando nido a nido
Otra plenitud ensanchan.
Por aquí vienen y ríen,
Vivos yacientes, muertes arrebatadas en el aire etéreo,
Empujando horizontes
Acariciando la luz,
Con su fértil ternura.
No, no es el amor el que muere
Ni aquel que tanto se desvive,
Muriendo por otro por siempre.