Quiero amanecer sobre tu pecho,
abrir la luz entre las sombras,
iluminar las noches con tus besos.
Gritar.
Gritar con todo el cuerpo.
Gritar hasta el cansancio y el silencio.
¡Te amo!.
Tejer el tiempo con el eco,
de semilla a rosa, a árbol,
a bosque, a selva, a universo.
Armaste tal revuelo
de mariposas,
que ya no puedo estar quieta y silenciosa
como un ramo de rosas.
Yo, una flecha disparada
desde lo profundo del turbulento volcán.
Queriendo expandirme cósmicamente.
Un hilo me envuelve,
me hilvana al diamante y a la flor,
a la espuma del mar, al granizo, al vuelo del cóndor,
al aletear mágico del colibrí,
a tu voz,
a tu abrazo,
a las esquirlas de tu amor cayéndome en el cuerpo.
A tus caricias.
y construir con ellas cada grito,
almacenar en ellas cada sueño.
Retomar aquellas horas,
que guardan tu magia y tu recuerdo.
Tu sombra en todas partes.
Abrir tu boca
con el viento salado de mis besos.
Quiero gritar en esta tarde,
lluviosa y oscura de octubre,
en que te pienso,
trazado con la llama
del beso y del milagro.