Llegué a tí golpeando tu puerta,
asomando a penas mi rostro enamorado,
temerosa por el rechazo, cicatrizando heridas ocultas,
la vida tomó de mis manos, guiándome a las puertas de mi paraíso soñado,
ese paso decisivo de seguir afuera o entrar era mi desdicha....
Y luego sucedió que me miraste amor, y me mostraste el mundo atravéz de tus ojos,
y me regalaste la riqueza de tu ser, el calor, la luz, la humedad,
después abriste mis puños, siempre cerrados por el rencor, y en ellos colocaste tu corazón.
Sueño mío, llegué a tí golpeando tu puerta,
y tu me entregaste el cielo mismo,
y me entregas día a día tus gestos, tu voz, y el brillo intenso de tus ojos,
que transformaron mis días, que transcribieron mi historia, cambiando mis páginas negras por blancas, para escribir tu nombre y el mío por siempre,
¿y qué más soñar? , ¿y qué más sufrir?, si lo que algún día fué dolor, hoy es un cántico de amor.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!