A cada uno de mis hijos

Dios, en su inmenso amor,

Te envió bajo mis cuidados,

No me envió guía, o instrucción,

Pero me esmeré cada año,

Para hacer de ti un ciudadano,

Honesto y sensible al dolor,

Al sufrimiento y la pasión,

Por todos tus otros hermanos.

Solo te pido el día de hoy,

Que quieras mucho a tus hijos,

Que son promesa de Dios,

Ellos son la condición

Que en su trono el Dios divino,

Planeó todo este acertijo

Que nos envolvió a los dos.

Jacinto, domingo 6/15/2014