A Donde tus Pasos Van

¿A dónde vas? ¿A dónde?...

¿A dónde tus pasos sin brújula, buscan veloces

Llegar a su destino incierto?

Correr, correr, correr… ansiosa y tenazmente

Buscando un punto en la nada

Para asirse, para detenerse

Para calmar la angustia que devora,

Para llenar un hueco de tristeza,

De locura… de aflicción.

Andar, andar, andar… vagar por las calles

Con un punto perdido en la mirada,

El paso sin rumbo, nada más caminar

Nada más…

La desolación y la desesperanza

Reflejadas en tu rostro

Los ánimos sueltos ya, caídos…

Esparcidos por los suelos,

El grito de impotencia, tuyo y mío

Dan paso a la desesperación

De no poder ayudarte.

Mi mano se queda extendida

En el vacío…

Tú ya no la puedes ver

Ya no la puedes ver

Ya no la quieres ver…

Ya no…

Tu caminar se ha convertido

En obsesión, al que ni el sol

O la lluvia, detendrán…

Con esa mirada gris, observando

Hacia lo eterno, tu corazón

Sangrando, sangrando…

Y el mío también.

Las adicciones, las drogas

Te hicieron nadar en el silencio

Ese silencio que te permite

Conversar contigo mismo…

Discutirás, te enojarás, enfurecerás

Con aquellos, a quien únicamente tú

Y nadie más, ves

Llorarás junto a aquellos

Que te observan y yo no veo.

Aquellos, que se colaron en tus delirios

Y no podrás, ya más

Apartarlos de tu vida.

Rotas tus cadenas, rotas

Todas las cosas, que te unen

A la vida… caminarás con tu mirada

Perdida en lo alto,

Como quien espera del cielo

Clemencia

Como quien espera ver llover,

Como si pudieras el tiempo detener…

Para ti la vida es eternal…!

Y la muerte una ganancia bendita

¡Esa hora!

En que conocerás la verdad

Es aquella, a la que ahora

Corriendo vas.

Que si un Dios existe, o tal vez

Un poder, supremo y magnificente…

Tan sólo le pido, te lleve

Rápido y sin dolor, hasta el lugar

En donde alivies tus cansados pasos

En donde puedas mitigar

Las penas que aquejan a tu Ser.

Allende las tierras y los mares

En donde te permita reencontrar

Tu camino, tu destino perdido…

También le pido para mí

Ayuda para encontrar, la paz

La resignación, la entereza…

Que tu ausencia me dejará.

Y ese será el adiós, en el que espero

Me dé, tan sólo un minuto

De tu cordura ausente

Para hacerte saber, que estuve

Contigo hasta el final… hijo amado

Hijo mío, hijo de mi corazón…