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Cuando la gota de sudor
Ya se esparce derramada,
Y al caer tratará,
de marcarnos la ganancia,
Y las mentes dispersan,
De sus cantos la fragancia,
De billetes y monedas,
con su avalancha atada.
Y el ébano calcáreo,
se explaya entre matices,
Y su asfalto lo reclaman,
los magnates y pequeños,
Y las manos que extienden,
Los clamores de los sueños,
Manando las campanadas,
de carencias y deslices.
Dinero y congojas,
con pupilas se han anclado,
En esa mezcla de opulencia
y de gran nesecidad,
En esa hermosa alegría
y a su lado...la tristeza,
Con ese rostro que excita,
como si fuera de amores.
Dinero cual sutil golosina,
por muchos anhelado
Meciéndose por doquier,
con su ingrata frialdad,
Con sus amplias manos...
que convocan la fiereza,
Estampando con desconfianzas,
los mas variados sabores.
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