Mi corazón se destruye en jirones,
a rigor sin piedad fue mal cortada
en el arapo va colgada. Cada
parte vuelan atadas sin condiciones.
Siente que aun en plena primavera
se cubrió de invierno, no de un día
cualquiera de esa estación que debía,
sino es sombra que cunde mi vera.
Este cuerpo, no parece ser mío,
atroz está, con mi alma en pena,
triste, agobiado, en toda escena.
Estoy sin fuerzas sin ganas, muy vacío
para pelear lo anhelado. Ingrata
realidad a mi alma etérea ata.
Autor: Alcibíades Noceda Medina