No recuerdo bien el día que te conocí
lo que recuerdo sí
es que algo me decía que mi vida y la tuya se iban a unir,
quién diría,
han pasado ya muchos días
y aún sigues aquí
junto a mí,
disfruto tanto de tu compañía
y te extraño cuando no sé nada de ti,
pero te recuerdo y viene a mí la alegría
con aquellas sonrisas que tienes para compartir.
No celebramos una fecha especial
aunque contigo hemos disfrutado momentos sin igual;
no reclamas, me enseñas a escuchar,
a veces me resondras pero buscando mi bienestar;
me enseñas el valor de la palabra Amistad
con cada gesto, con cada abrazo,
con cada muestra de apoyo y lealtad
y aunque triste me encuentre estás a mi lado
para dibujarme en el rostro felicidad
con tus ocurrencias y comentarios,
con tu locura y tu bondad.
Eres como un ángel,
mi ángel amado,
que libera de la cárcel
los sentimientos que he guardado
para que nadie me hiciera daño.
Confío en ti, plenamente en ti,
y aunque a veces me has de mentir
para que no te vea más sufrir
seguiré creyendo ciegamente en ti
porque eres una bendición en mi vivir
y tu existencia en mi vida,
aquella cálida compañía,
es lo que hace muy Feliz…
¡Gracias Amigos, gracias por existir!
Carlos Manuel