Ya estoy de nuevo en el mismo lugar, en mi potestad,
donde tengo todo, el hogar mis gentes y la siembra.
La misma calle, los árboles que me dieron sombra.
Ahora despierto de mis sueños en total libertad.
Los jardines cercanos me regalan las fragancias
de sus flores, alegran mis ojos los diversos colores.
Es paraíso y es bellísimo, ¿que busco en otros lugares,
aventuras? tal vez o amores de la reminiscencia.
Ya es hora de dar el alto, porque clamo lo imposible.
El vago sol se aproximando lentamente en el ocaso,
la trayectoria no es imperecedera, también en mi caso.
Entonces a mi mismo me diré, todo esto es irreversible.
Los adversos de los caminos, me devuelven en mi lugar.
Calma tus penas, el amo y señor dice; basta ya de vagar.