Yo soy aquel que te llama
para amarte cada noche,
y cuándo por mi tu alma clama
yo pongo de amor el broche
para amarte bella dama.
Ayer mismo me llamaste,
y rápido, mi amor fui,
y mi corazón te di
cuándo tu amor me entregaste
y estabas loca por mi.
Hoy te vengo a confesar
que el amor que yo te tengo
delicioso lo sostengo
hasta hacerte delirar.
No temas, ni tengas pena,
que en tu oloroso jardín
un amor tendrás sin fin
bajo esta noche serena.
A las doce, tu marido
se que marchará a dormir,
yo te haré de amor gemir
hasta perder el sentido.
Príncipe azul.