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Categoría: Prosa Poética

A LAS PUERTAS DEL CORAZON

By Eduardo Morguenstern


Estoy a las puertas del corazón. Golpeo y espero, golpeo y espero…


Lo hago desde que tengo memoria… los 12? Los14? Parece que toda mi vida he estado golpeando.


A veces con mayor insistencia, con  más ímpetu. Con mayor fuerza.  A veces imploro, ábreme! A veces lloro a la puerta de mi corazón. Te suplico: ábreme!


Algunas veces se entreabre por instantes, se entreabre por minutos y unos pocos milímetros… Ah!


Sale aire fresco, con fragancias delicadísimas…Hay melodías celestiales cantadas como por seres angélicos, pero llega desde muy lejos, apenas audibles… Entonces vuelvo en mí y dudo, creo que fue solo mi fantasía y el fuerte anhelo.  En algún momento, en sueños, cuando nada puedo hacer por mi propia determinación, sé que se abre y desliza en mi sueño visión es y experiencias maravillosas de plenitud, de paz y gozo celestial.


Estoy a las puertas del corazón,  golpeo de diferentes modos. Debe tener una clave, pruebo ritmos. Un  golpe… O un golpe, una pausa y luego otro… Y así me paso la vida, resistiéndome a la convicción de que adentro no habita nadie, que el corazón es solamente una bomba anatómica de sangre, sin conciencia.


Sé que estuve toda la vida atareado con las cosas del mundo. El estudio, el trabajo, el enfrentar siempre problemas de la vida diaria…problemas y más problemas…Situaciones y más situaciones, que nos absorben, que nos alejan del corazón, que nos esclavizan…


Espero, espero, llamo y vuelvo a llamar, con paciencia, con empecinamiento. Con determinación. Y aunque me llegara la muerte,  no me importa, pues he dignificado a esta tarea de llamado insistente al Portal del Corazón, como la tarea más importante de mi vida. La lógica del mundo externo ha de equilibrarse con la del mundo interior: lo ultrarracional, lo transrracional, lo espiritual.  La vida me dio y me da lo justo, lo que la balanza indica para mis méritos y esfuerzos. Queda pues dirigir los pasos hacia adentro, hacia lo profundo. Hacia la Sabiduría, heredera de los eternos confines del tiempo/ espacio y aún más allá, de la Eterna Noche entre dos pralayas…


De Eso venimos…a Eso vamos…Quiero oír ese mensaje…


El árbol no duda en despojarse de sus hojas, tan vitales para subsistir. Las entrega cada invierno, así, simplemente,  sin temores ni dudas… Sabe que vendrá la primavera y el verano…Nuevas hojas, mayor vida. Sé que siempre temo deshojarme, que el mundo y sus fantasmas arraigan en mí y pretenden  quedarse en mi largo tiempo o para siempre. El temor, la duda, la inseguridad, hacen que me aferre, aunque en ese apego, lo sé, la Puerta de aleja de mi cada vez más.


Ábreme!   Ábreme! Toc…! Toc…! Toc…! Ábreme! Sé  que Estás ahí!


Abran!  Condúceme de las Tinieblas a la Luz!  De la ignorancia a la Realidad!  De la muerte a la inmortalidad!


Espero. Espero.


 


 


 

Datos del Poema
  • Código: 373547
  • Fecha: 26 de Diciembre de 2015
  • Categoría: Prosa Poética
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 715
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: EDUARDO MORGUENSTERN
País: ArgentinaSexo: Masculino
Fecha de alta: 24 de Junio de 2015
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