Hace tiempo dejé de ver tus ojos,
hace tiempo dejé de oír tu risa,
y sin embargo confieso que te amo,
que te amo como nunca pude amarte.
La distancia que aleja nuestras almas,
no supera al cariño que te tengo,
y que se hace más grande todavía,
porque existe tan solo para amarte.
Mucha gente me dice que esto es tonto,
que mi forma de amarte no es correcta,
pero el alma carece de razones,
en torno de este amor que me alimenta.
Y aunque el tiempo implacable haya pasado,
y las flores que te di ya estén marchitas,
aun conservo el sublime sentimiento,
de amarte como nunca amada mía. (2000)