Lo que siento por dentro

El aire insonoro
camuflado en el disfraz de un beso,
despertando al ruido de su socorro.
El aire anhelado
chocando de frente con las piedras
desvaneciéndose en los recuerdos.
Aire oculto en los pulmones
que quiere y no puede
un grito plasmar en el cielo,
dibujar con el aliento
a dos corazones
que se protegen del frío
al recaer la noche.
El aire del violonchelo
al compás de una ola
que se atrinchera en el océano,
y espera ver el fuego,
el ardor del infierno
anegar al silencio
en los ojos que pronuncian su eco.
El aire venenoso
que se cubre de aliento ajeno
y espera dormido; Oráculo:
al disfraz que viste a un beso
cuando la lágrima
que aun está en el ojo
cubra al rostro de sequía
y al corazón de llanto.
Y después de esta noche
las grutas que dividen al firmamento
ciñen el edén de estrellas
que chocan con la orilla
de los labios,
y sienten sus cálidos pies
la brisa de un nuevo día.
Y después de esta noche
la sal que cubre al cuerpo
se ausenta de las piedras
y dejan al silencio huérfano
de caricias y besos.