La dueña de la inspiración y las palabras

Ingenuamente envidias a la dueña de las palabras melódicas que un enamorado le dedica, te ilusionas en conocer a alguien como él, y sin saber tú eres la inspiración para cada palabra y cada vela que un desconocido de tu corazón enciende en las noches para combatir su miedo a la oscuridad, oscuridad que llega con tu indiferencia, oscuridad que se va con los sueños, unos sueños de los cuales el escritor un día ya no regresara, y cuando eso pasé él agradecerá que no es el único muriendo por ti, porque los que te entregarán su vida son suficientes para que vivas mil años, o el suficiente tiempo para que te vuelva a encontrar.