Ingenuidad
Insaciable busco tu vereda,
escuchando el susurro de tu boca,
del aliento jadeante de un te amo
temblando mi piel en tu piel.
Sigo tu fragancia lujurioso
anhelando el roce de tus labios,
tu gemir al tomarte la cintura,
el calor cuando en tus brazos
me confundo.
Esta distancia me carcome
insuficiente el tiempo a tu lado
Para saciarme con tus labios
en el silente pasó de las horas
De tus labios a tu cálida entrepierna
mi sedienta boca te recorre,
en las sombras dejarte mis aromas
penetrando tus sueños más profundos,
galopando al rose de los cuerpos
muriendo deliramos
en súbitos abrazos que te arquean.
Sintiendo tus derrames
mi pasión acrecenta,
sintiendo calcinarme
sucumbo en tus mares.
Mis sueños lujuriosos
Me despiertan, yaciendo
mis brazos tan vacios,
mi cama tan vacía.
Sin tregua y compasión alguna
te marchas por tu senda,
dejando solo muros
ya vacios.
Ricardo Sánchez Padilla