Busque en mis manos,
El aliento que sigue a la agonía,
Pero estas no escribían,
Se negaban… Se resistían…
Acostumbradas a escribir,
Al amor y su alegría,
Al sentimiento y la melancolía,
Hoy en el dolor estas no podían,
Pero tanta fue mi insistencia,
De explicar a su conciencia,
Que tranquilidad debía llevar,
A aquellos que me querían,
Que finalmente se doblegaron,
A mis ruegos y comenzaron,
A escribir lo que deseaba,
Ahora puedo a todos decirles,
Que estoy reconfortado,
Que vivo sin lo pasado,
Y al presente me atengo,
Sabiendo que al final tengo,
A quien legar lo expresado,
Que no sólo son palabras,
Son mi espíritu por lo amado,
Y en esto dejo plasmado,
Lo que de todos pretendo,
Amar por sobre lo efímero,
El ser que existe dentro.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!