El aire lleva el mensaje de vida,
oda que el viento transmite al pasar,
de fuego y oro las nubes se visten.
El sol despierta el encanto que sueña,
es la belleza ideal de la musa,
en primavera renace el amor.
Luz titilante que brilla en el mar,
donde encandila su vista un fulgor,
como un reflejo en sus ojos de azul.
Una sonrisa sus labios dibujan,
cuando suspiran de fe y alegría,
un beso funde las almas de eterno.
En huracán se transforma la dicha,
como volcán que emociona de ardor,
y el limonero se llena de flores.
Mientras se sienta que el alma se inquieta,
aún se tendrá palpitar en el cuerpo,
y la esperanza no pierde su anhelo.
Lupercio de Providencia