Problemas...

Mi problema no es que no hayas querido quedarte,
mi problema es que eras esa pequeña pieza
que sostenía toda la estructura.
Ahora la falta de capital duele más,
eso de la nevera...ya sabes.
Ahora sonrío menos,
y la televisión y las voces que emite
y que llenan esta habitación vacía
(salvo por mi estúpida presencia)
me están volviendo loco.
Llevo unos días en un continuo estado de ansiedad,
sometiéndome a una terca soledad autoinflingida,
lo veo necesario,estoy recargando pilas,
eso quiero pensar.
Ahora pienso en los estudios que no puedo costearme,
en el trabajo que no tengo,
he perdido el documento de identidad
y ni siquiera puedo renovarlo.
Además necesito calcetines nuevos
y calzoncillos
y un abrigo
y la luz de la escalera no enciende
y la escalera cruje en cada peldaño
y yo odio que la escalera cruja en cada peldaño...
y así todo un sinfín de eternas nimiedades
que casi hacen que el próximo latido
deba ser celebrado,
por no hablar de los diversos problemas familiares,
que supongo,solo supongo,
hay en cada hogar.
Tú lograbas apartar todo eso,
no sé como,pero lo conseguías,
te aplaudo por ello,
te felicito.
Esos diversos factores tediosos
estaban ahí,
seguían ahí mientras aún podía ver tus ojos
o seguir el movimiento de tus labios,
todo eso seguía ahí,presente
pero invisible,
olvidado mientras pudiese seguir acariciando
esas bonitas nalgas.
Ahora me estoy volviendo loco
y tú pareces ser
el menor de mis problemas...
Salgo de la habitación,
necesito salir,
bajo descalzo y a oscuras al servicio,
aprieto el botón de la cisterna,
mientras me lavo las manos
me miro en el espejo,
no me gustan esas ojeras
ni esa barbucha que me ha crecido en los últimos días,
no quiero seguir observándome con detalle,
salgo,apago la luz del baño,
recorro de nuevo el camino de vuelta,
sigo a oscuras,
sigo odiando el crujir de las escaleras...
Cuando la vida se presenta así,
absurda,aburrida,extraña,
no te queda otra que hacer una tregua
contigo mismo,
resulta tan irónico como ridículo...