Que no daría...

A los farreros envidio esta noche,
esta existencia monótona aburre,
que no daría por un desenfreno,
vértigo abismo en esa aventura.
Al otro día, se espera resaca,
de vez en cuando se anidan serpientes,
vengo el hastío ensoñando el pecado
de lo vedado se anhela la miel.
Este bostezo de paz cambiaría
por ese barro de noches de sombras,
para ofrendarlo en un vaso colmado,
De vino tinto a mujeres alegres,
que de la vida hacen suyas las culpas,
ebrio de gula y lujuria de carne.
Humberto Reyes H.