A un ruiseñor

A un ruiseñor
Oye pajarillo le preguntaba apurando el tono suave
Mientras la sonrisa afloraba en mis labios
Porque sentía fluir a mis ojos la belleza
De aquel ruiseñor tan bello y alado.
Porque nos deleitas con ese trino tan maravilloso
Quisiera sabes si puedes ser feliz encerrado
Prisionero sin poder extender tus alas armoniosas
Sin echar el vuelo sin dejarte llevar por las corrientes.
Quiero que encuentres tu libertad
Que despegues tus alas y te sientas intrépido
Surcando el infinito, sintiéndote libre
Como el mar que deja con bravura sus olas
Con fuerza en nuestra arena.
Será que naciste cautivo y no conozcas otro espacio
Por eso cantas con placer con alegría
Dejándonos oír con cuanta sutileza tu dulce gorgojeo
Que hace nacer nuestra ternura, quitando las tristezas de la vida.
Dejaré tu puerta abierta hermoso ruiseñor
Sal deprisa, salta, vuela recorre el infinito
Surca los campos con el viento de espigas renacientes
Dorados los trigales bajo el sol ofreciéndote su don.
Te posarás en las ramas de los árboles
Sentirás con emoción sus hojas cuajadas del rocío
Y apacible veras como nace el nuevo día
Y la lluvia al caer mojara con fulgor
El hermoso plumaje que tu cuerpo cubrió.
Hermoso pajarillo no entiendes mi lenguaje
Pero quiero que entiendas el precioso caudal
Que no hay nada tan bello como la libertad
Que nació con la vida y es tan bello y preciado
Como un talismán.
Romperás tus barrotes, y también las cadenas
Cantarás con tu trino, surcarás como el viento
Siempre alegre y leal, campos, mares, montañas
Siempre con libertad que al nacer la traemos
Y que nunca en la vida nos la deben quitar.