A UNA BELLA ESQUIVA

"A UNA BELLA ESQUIVA"
Tú que puedes saber de mi tristeza
si nunca la he mostrado ante tus ojos
y cuídome muy bien de echar cerrojos
a cualquier desviación de mi entereza.
Me presento ante ti con la firmeza
de aquel que sólo sabe ver al cielo,
y alegre mi esperanza asume al vuelo
un honor que se viste de simpleza.
Al verte sonreír se paraliza
mi corazón y enajenado quedo,
y cuando al fin admito que no puedo
contener mi ansiedad escurridiza,
yo me alejo de ti, de tu mirada,
de tu presencia física me ausento;
pero estás en mi sangre y en mi aliento
por lo cual sé que no consigo nada.
Cuando escucho tu voz todo se crispa:
la piel, el corazón, los intestinos
y encuentro que de amor mis desatinos
se encienden al contacto de tu chispa.
Eres, amor, el aire que respiro.
Eres el fuego que de amor me quema;
eres brisa de mar en mi poema,
la quieta soledad de mi retiro.
No sé dónde ni cuándo apareciste,
gnomo, duende, fantasma que me acosas;
sólo sé que lo mismo que las rosas,
de espinas tu hermosura se reviste.
Inútil es tratar de sustraerme
del hado que a tus pasos me encadena,
como inútil librarme de la pena
que me fuerza a fingir y a detenerme.
Fiado sólo al instinto y mis sentidos
-pues aquí mi razón ya no interviene-
sin reservas me lanzo a lo que viene
al impulso de arranques atrevidos.
Erguido ante el fragor de la batalla,
mi bandera de triunfo ya se agita.
Algo aquí en mi cabeza: "¡VENCE!" grita;
y aquí en mi corazón...algo se calla.
¡Qué importa que me acosen los temores
y que provoque envidia en unos cuantos!
He de gozar la miel de tus encantos
como hace el colibrí con miel de flores.
La enfermedad otrora padecida
cuyo virus creía erradicado,
ha vuelto a aparecer por mi costado
abriendo nuevamente aquella herida...
Si es fuerza que yo sufra y Dios lo exige,
dispuesto estoy para sufrir y entero,
al fin y al cabo, amor, así lo quiero.
¿Lo ves? mi corazón no se corrige...
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos Reservados)