Reloj sin horas

Temo caer a cual vacío 
Sobre el párpado abierto 
De la trazada noche,
Bajo el peso de un labio 
Seco y rebelde 
Y talar de la sangre 
La piel áspera 
Que se pudre 
En el gozar de la tristeza.
Y de otra voz 
Se escucha mas allá 
De mi yo, 
El olvido zarpar 
De mis recuerdos 
Hacia los litorales 
De la ceguera 
Y no encontrar orilla 
Donde tapizar mis pies.
Y lejos del paraíso 
En el simulacro del olvido
El algodón del llanto 
Hurgando en el dolor,
Y en mi luxación de locura 
La cartografía de mi mundo 
Encallando en la crecida de un río 
Sobre el párpado abierto.
Tan solo fue un instante,
Una odisea del calendario,
Cuando aun la noche era día 
Y la muerte vivía 
Las raíces de mis palabras 
Ondeaban en la gasa del silencio
Y la perdida del mas allá del abismo 
Se oía crepitar hasta el fondo 
Donde el reloj es ausencia 
Y el tiempo simple arena.
En el dibujar de un pañuelo 
Las estrellas golpean las lunas 
De cada una de mis noches,
Y el invierno olfatea en mis ojos 
Bajo un manto de lluvia 
Que persiste día a día 
Y aprende a golpear al silencio 
Como un puñal sin palabras 
Arrinconando a la niebla 
En la horquilla del crepúsculo.
Hacia la madrugada 
Una invasora rabia desenfrenada 
Sin astillar los tendones y los huesos 
Desnudan mi cuerpo abrigado 
Como un sutil dibujo 
Que torva en la vía láctea 
Desapareciendo en las virutas de las llamas 
En el metálico fuego 
Como un incendio
Como si mis huesosardieran 
Como si mi conciencia 
Se estuviera abrasando
En los minutos, siglos, eras.