Inmunda Despedida

Inmundo grito con las fuerza de sus laringes estiradas
Por la caravana de nicotina envuelta en doble seda
Y me echo de su casa como se echan los zapatos insulsos
Que ya no sirven mas ni para ir a trabajar.
Apreté entre los dientes el ultimo silencio que me salio
Y abrazado a la resaca de los que perdimos el tren
Me fui cuesta abajo, gambeteando las sombras malditas
Que tu recuerdo se empeño en dibujar en las baldosas.
Como tres fríos juntos abundaron en mis miedos
Y un perro ladraba desde la otra vereda de la desesperanza.
Ya no sabía ni la hora de mi desdicha prematura
Ni me acordaba de otro lugar que no fuera su cama.
Había bares fantasmas en cada esquina de la noche,
Alcoholes domésticos para mis consuelos cariados
Y una chica de mucha piel danzando borracha
En mis vueltos de agonía, humedad tras el temporal.
Volví al desmayo de una pieza que olía a lágrimas…
Nunca antes el perfume de la tristeza hedió así.
Sin mas ganas que la de tirarme bajo un cerro entero
Me fui sacando la pilcha y me metí de lleno al dolor.