____ A Virginia ll ____

Sábado 5 de abril.

En tu sonrisa me inspire,

¿Ser yo, el que la cause?

Sueño al que no aspirare;

solo mire y hable de tu hermosura,

hasta indague tu ternura,

expresada en tu hija que no cesaba de brincar

también la encontré en tu andar,

en el acompasado de tus piernas,

en esa carcajada y sonrisa tan tiernas.

Me inspire también en mis celos,

celos de quien cargaba tu bolso,

aun así, no cese de mirarte porque así araño los cielos;

pidiendo ser tu fiel mozo…

o la sombra que acompaña tu camino,

para abrevar tú perfume…

el que ese caballero a tu lado consume,

mientras yo, tu fiel espectador, mirar es mi destino.

Ese sábado, quise ser, el que te oía la voz,

el que a tu lado comparte tu aire,

¡Oh! que sueño tan lindo y a la vez atroz;

que por si mismo me hace desaire…

por la osadía de pensarme suplente,

de ese caballero que te sigue y yo iluso y demente.

Me inspire en esa llamada,

que hacías o recibías por celular,

y que causaba tu risa alborada;

toda una constelación espectacular.

Ese sábado, quise ser quien te llame,

para dar melodía a mi oído,

ser ese quien te exclame…

un saludo todos los días sin olvido.

Me inspire en como señalabas,

quería ser lo que mirabas;

ser objeto de lo que comentabas,

te referías o acusabas.

Me inspire hasta en quien te saludaba,

ese dichoso que estrechaba tu mano…

y con privilegio en tu mejilla la suya posaba;

mientras yo, mirándote pagano…

inspirado en tus exiguos detalles,

lo que hacías, lo que decías, tú paso a paso…

siempre donde quiera que te halles...

con respeto y sin propaso.