NUNCA LE CIERRES AL AMOR

Nunca le cierres al amor la puerta,
déjala abierta para cuando llegue.
Hazlo pasar, invítalo a que juegue.
Deja que gane y haz que se divierta.
Empero, ten el corazón alerta
para que nunca con su luz te ciegue.
Muere la flor sin nadie que la riegue
y nadie gusta de una flor ya muerta.
Lo mismo pasa si al amor descuidas
pues te abre heridas que difícilmente
pueden sanar y marcan nuestras vidas.
Trátalo pues tan diligentemente
que aunque le muestres todas las salidas,
sea tu huésped permanentemente.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC