Luchando en la vida,
que con sus perros me persigue,
busco la paz en tu mirada,
que el gran secreto guarda,
de nuestro amor apasionado y loco,
Regreso a mi morada y puedo sentir,
que tu no me sueltas,
que estas ahí todavía,
y siento tu dulce perfume,
tu gritos desesperados,
que agonizan por mi amor,
que dueles tu en esta agonía.
Que solo quiero amarte,
y despertar juntos cada día,
que solo quiero besarte,
y saber a que salen tus labios,
tan bonitos y sensuales,
que puedo ver que sedientos buscan,
el agua de mi dulce néctar,
la caricia de mi resplandor.
Solo tu haces posibles esos milagros,
el dulce manantial de tu amor,
la gruesa carrtera de la vida,
nos devuelve su cachetada,
para que no conciliemos esperanzas,
para que regresemos a nuestro fulgor.
Pero yo te digo que tu eres,
y serás el hombre,
que mi vida ha cambiado,
para siempre en mi dulce despertar,
porque nunca he amado tanto,
como ahora puedo sentir,
es por eso vida mía,
que en ti siempre viviré,
y nadie me podrá robar tu corazón,
porque yo lo cuidaré,
hasta con mi vida lo defenderé,
porque tu supiste ver,
algo que faltaba en mi,
y sin querer todo me lo entregaste,
como una ofrenda de amor,
agradecida estoy por tu amor.