Bien sea que dormido o que despierto,
hambriento o no, cansado o no cansado.
Bien sea sin amor o enamorado,
siempre hay algo qué hacer. Lo sé de cierto.
Y si hay algo qué hacer, hazlo, Heriberto.
No queda más remedio ni candado.
No es bueno que te estés ahí sentado
contándole las dunas al desierto.
Dios quiso que camines hacia el frente,
por eso puso al frente tus dos ojos
y los pies con los dedos adelante.
De manera que andando. Diligente.
Deja ya de poner tantos cerrojos
y haz lo que haces, así, sencillamente.
Heriberto Bravo Bravo