Aleteo sensual
De mi ventana, a través de los cristales,
me deleito con los primorosos arrullos que dos aves,
se profesan, colmándose de gozo.
Enajenadas cumplen con el ritual de su alborozo,
sin importarles que mis curiosos ojos,
las contemplen con delicado regocijo.
Se regalan con fervor las tórtolas,
todo tipo de arrumaco conocido,
rozan sus picos, baten sus alas provocando ruido,
hasta que el núbil macho con suavidad se posa,
sólo un efímero momento, sobre su alada esposa.
Ésta cópula, que duró sólo un instante,
dará lugar que éste casal en adelante,
construya su nido de amor con secas ramas,
donde ha de cuidar con sumo esmero los pichones,
que volveré a ver dichosa, desde mi ventana.
® Susana Valenzuela