Nuestros nombres en el vidrio.

Sobre el vidrio mojado escribimos nuestros nombres
cuando la húmeda tarde caía sin remedio,
amor que has encontrado lo que mi alma esconde
cuando te mira en diáfanas formas sin abrevios.
Y en cada circunstancia de hablar entre nosotros
las gotas del rocío desdibujan la escritura
que al cristal le corresponde cual reflejo de tus ojos
innata mayoría de duendes que perduran
Pero en definitiva y al borde de la acera
me besas sin escrúpulos como forzando mis apuros,
quiera mi luz que tu estrella y no a cualquiera
la dibuje en ese vidrio desplegando su susurro.