Madrugada fría de amores que sonríen a la deriva,
ocupando extraños huecos vacios sobre las vidas,
solemne e intensa es tu eterna y dulce melodía,
que cantas cada noche sobre la barra de tus días.
Si no me engaño, es porque respiro la suave brisa
del ahogo y del suspiro que escondo con ironía,
sobre regazos de abrazos y oscuras penas malditas
acariciando mil lunas, que hoy són melancolías.
Que si me aparto de un beso,me acerco a tu deriva
y si reflejo mi mirada, és por cerrar las heridas
enamorada de los sueños, enamorada sin medida,
rompiendo el adiós, que hoy extrañan mis pupilas.
Perdida entre lo cierto, amando las mentiras,
entre flores de colores y estrellas encendidas,
que no sé vivir sin tu presencia en lejanías,
tanto quiero, tanto amo,que me olvidé que dolías