Mis ojos tuvieron
el tinte muerto del alga,
que llevan perpetuamente la ola,
sin amalgar nunca,sin detenerse jamas
Tu eras una perla viva
caida de el cielo,
para ser engarzada,
en la diadema de un Dios
Era un recorrido a trote de relampago
espoleando el caballo de ternura,
compitiendo con gorriones en la nube,
en un grito con eco y dulzura
Parecia que se diluia el alma
en el fondo del alma de la naturaleza,
que nos hacia amarnos tiernamente,
tan fervidamente en el corazon de la tierra
Como aquella obra de teatro
que parecia sometida al drama,
suave e intenso,como el agua y el fuego,
un remanso de paz,bañado con tu beso!
Raul T