Tus duendes pagados.

Tuve esta noche inhóspitas visitas
duendes pagados por tus celos altivos,
vagaron mis nubes y en mis flores marchitas
pusieron tus frases de pena y olvidos.
Sentí que el dolor se paseaba despierto
y acudí al silencio de mis cuarto aturdido,
busqué tus palabras en el libro que aún muerto
sus páginas viven en besos encendidos.
Invoqué tu presencia en la tranquila y sinuosa
pasión de este invierno que muere asilado
en todos mis versos que me llevan y endosan
tus labios de plata y el fuego sagrado.