Mirándome delante del espejo
pregunto al ser que veo que qué fue de su vida
y pregunto al espejo que por qué me castiga,
y el espejo interroga a mi cuerpo cansado
cómo pasó el tiempo, qué hizo de sus sueños
¡qué martirio tan grande esta desnudez cínica¡
siempre busqué un pedazo de cielo y firmamento,
una estrella enjaulada, una luna redonda,
atrapar las cometas y tener a mis pies
las flores de las fuentes para que fuesen mías,
sólo mías, recuerdos, sensaciones y sueños.
Pero hoy te digo espejo que el cielo está muy lejos,
que las estrellas queman, que la luna es cambiante,
que las cometas deben volar como los pájaros
y que quiero mis pies para caminar sólo.
para encontrar despacio el camino del bien.
Quién es grande me digo, mirando alrededor.
Este viajero sabe cuanto aprendió del hombre:
repartir amistad y sembrar armonía,
y valorar muy mucho esas cosas pequeñas
que nos hacen gigantes en nuestra pequeñez:
la sonrisa de un niño, una mujer que suspira,
la mañana que espera, nuestro descanso diario,
el trabajo bien hecho, respirar aire puro
y ser agradecidos por tener ilusión.
No sé si es ilusión o si soy un iluso.
Con el espejo enfrente, la evidencia es patente
¡Dios mío, cómo arrastra el tiempo sin piedad¡
Siempre busque un pedazo de cielo soy trigo espejo que el cielo está muy lejos ciudad Esparta una excelente reflexión y esas cosas pequeñas que nos hacen grandes inmensos es la vida la que nos regala pasiones felicidades por una hermosa poesía