Profundo, arraigado en el centro del alma
estas en mi… amor, que de la distancia me has llegado.
Amor que siento cual caricia del aire que me envuelve,
Cual la sangre que dentro me recorre,
Anclado con profundas raíces en mi pecho,
te siento en mi, y pienso…
que has de brotar con fuerza de árbol nuevo,
de pino recio y fuerte, que recoja del cielo los rocíos,
para dejar que corran mansamente desde las ramas,
al tronco, de este a las raíces, y de ellas…a la tierra…
de cuyas entrañas buen árbol, altivo pino tu naciste.
Metida a sangre y fuego en mis neuronas,
te siento y te vivo cada instante,
no importa que aun no te conozca,
no importa lo lejos que te halles,
mas intuyo amada mujer, Mía…
y al espíritu del lobo se lo pido,
te guarde para mí, y tan solo seas. Mía…
la mujer, que su amor en mi…
se haga inmenso, sea grande.
Por cuanto sientes. Por todo cuanto quieres,
por cuanto el lo más profundo guardes,
por ello te lo pido…
no dejes que la llama que prendiste,
la debilite ni apague nunca nadie.
No tengo mas palabras,
no encuentro en mi léxico la forma,
de describir en estas líneas, lo mucho que te amo,
lo mucho que mi alma a ti te añora,
mas pienso que aun no siendo modélico mi estilo,
sabrás tú comprenderme,
sabrás y entenderás lo que no puedo…
con la simple palabra a ti explicarte.
Cuanto te amo, simplemente…
eso es lo que deseo, mi vida a ti contarte…
Te quiero Beatriz J.G.L.