No entiendas lo contrario, si digo te quiero,
con jubilo consentí mediar la desventura.
No tomes en broma este canto sincero,
con pausa atrevida compuse su partitura.
Quise darle toque romántico con su envió
y por infortunio primero llegó a otras manos,
más no fue mi intensión enfadar a ser bravío,
que si su acera cuida, frena cortejos ajenos.
¿Te alarma saber a cual lado atender?
¿En tiempos me aceptas y luego rechazas?
¿Quisieras darme amor y después aplazas?
Ni el mismo grato recuerdo podrás entender.
Placentero es sentir rozar por tu piel
la luz de mis tristes ojos y llegarte a decir
con madurez grata: ¡Da lindura al lucir
el mentón, las mejillas y labios de miel!
Si al pensar pidieras, sea tu mejor amigo,
la respuesta sería: déjame siempre quererte,
así sea desconocido que case contigo,
y yo perro que aúlla en cuarto creciente