Adivinos

Impostando un saber

sin sapiencia

someto mis manos

a sus elucubraciones mágicas

y absurdas creencias.

Navego por los mares

de adivinos y magos

para poder dilucidar

el mal que propago.

Que de amores muchos,

los he tenido

pero por distracciones y desidias

los he perdido.

Aturdida y olvidada

acudí a presagios inverosímiles,

que me fustiguen o condenen,

huyendo de tiempos difíciles.

Más, quedé empantanada

en hechos que no fueron

y en versiones que no creo,

de pasiones, engaños y celos.

Pero pensándolo después,

comencé a reir,

si al fin y al cabo,

leerse las manos,

no fue una idea feliz.