Alegre admiro en los valles de Chile
al viento suave que vuela en las ramas
como se agitan sus rizos en danzas,
liras tan dulces en las almas que sueñan.
Con lluvia y sol es el cielo que canta,
plácida voz sobre cuerdas se escapan,
múltiple enjambre que vibra en los cerros
sombras y luces contraste esmeralda.
Gotas del cielo que brillan tan suaves
cuando acarician las curvas sinuosas,
viene y se agita la carga preciada
sobre lagares y afluentes del río,
tiembla en las aguas la imagen del cielo.
Bajo la luna entre lomas oscuras
en un regazo se esconde el anhelo,
y las colinas que bañan las uvas
parecen fuente en las hondas quebradas.
Valles brumosos y flores de vides,
todo se esfuma tan cerca y tan lejos,
unos suspiros se van con el astro,
lejos del mar el sonido se extingue.
Surgen simientes en tierras más puras,
vivo y alegre es el brillo en las hojas
que resplandece a las parras silentes,
el río pinta de plata su cauce
mientras se aleja del valle entre danzas.
Lupercio de Providencia